Caral, Perú. El lugar de nacimiento de la cultura americana
Publicado en Caral, Perú. El lugar de nacimiento de la cultura americana el 16 de Julio, 2005, 20:55 por terraeantiqvae
El lugar de nacimiento de la cultura americana
Proyecto Especial Arqueológico Caral Supe, Perú
por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Desde hace millones de años los seres humanos poblaron el mundo, pero sólo hace seis mil años empezaron a construir centros urbanos y a tender redes de integración. Esas primeras civilizaciones fueron encontradas en Mesopotamia, India, Egipto, Perú, China y Mesoamérica. El estudio de cada una de ellas es importante porque tuvieron un rol fundamental en las sociedades donde surgieron e influyeron en el desarrollo de otras poblaciones coetáneas.
La Ciudad Sagrada de Caral: Ideología, Poder y Organización Sociopolítica
Además de la arquitectura monumental, en Caral se han recuperado objetos arqueológicos que evidencian el rol de la ideología en la conducción de las poblaciones del valle de Supe y de los valles vecinos. Son frecuentes las ofrendas de materiales diversos, mayormente quemados. Los mismos conjuntos arquitectónicos fueron sometidos a continuas remodelaciones. La población vivió trabajando para sí y para los dioses de la ciudad, cortando piedras y acarreando materiales permanentemente. Se hace evidente la vigencia de una ideología que impelía a la sociedad a una serie de actividades en medio de rituales. A manera de ejemplo, indicaremos la abundante presencia de shicras(1), puestas como contenedores de piedras en los rellenos de las plataformas, junto con alimentos quemados. Se ofrendaron, además de alimentos vegetales y animales, textiles, cestas, mates, figurinas de barro no cocido, flautas de hueso de pelícano, entre otros, en calidad de tributo a las autoridades o de pago a las deidades de la ciudad. Los entierros hallados en Caral muestran un ajuar funerario muy elaborado y un tratamiento cuidadoso de la sepultura. Los artefactos asociados habrían sido manufacturados ex profeso; es el caso de las Cuentas de Piedra, conchas, objetos de hueso y de madera, algunos con aplicaciones de turquesa y con diseños antropomorfos.
Bases Económicas
Los antiguos pobladores del Arcaico Tardío sustentaron su desarrollo en una economía mixta, de agricultura, pesca y recolección. El principal cultivo fue el algodón, además del maíz, zapallo, calabaza, guayaba, frijol, maní, ají, pacae, camote, achira y lúcuma, entre otros. Algunos instrumentos agrícolas consisten en piedras horadadas utilizadas para deshacer terrones, morteros y batanes para la molienda de granos. En las actividades productivas de pesca y marisqueo se emplearon anzuelos, redes de algodón (algunas de las cuales tenían pesas de piedra), flotadores de mate y posiblemente embarcaciones. Entre las especies que se consumieron destacan la sardina, anchoveta, machas, choros, chanque, lapas y almejas. Se practicó la caza de especies terrestres utilizando para ello lanzas con puntas de proyectil hechos en piedra; la recolecta de caracoles de loma y frutos silvestres. La sociedad de Supe estableció un red de intercambio de productos entre las comunidades especializadas del litoral y del valle; así como con zonas de la sierra y amazonía. De estas dos últimas zonas obtuvieron achiote, huayruro, lloque, tutumo, caracol de tierra, etc.
El manejo del espacio, de técnicas y materiales constructivos, se reflejaron en su singular arquitectura. A través de ella se puede apreciar avances en el conocimiento de aritmética, geometría, astronomía y topografía. La sociedad de Supe, con excedentes productivos y una compleja organización social, dispuso de especialistas dedicados al desarrollo del conocimiento, aplicado en el crecimiento de sus mismas fuerzas productivas (en la elaboración de calendarios agrícolas); en diversos aspectos de su ideología y actividades cotidianas. El conocimiento de las características y particularidades de cada material permitió una escrupulosa selección de cada uno de ellos y su exitoso empleo. En los rellenos constructivos se hizo un uso diferenciado de cascajos, guijarros, arena y piedra canteada. Los materiales fueron transportados en shicras(1) de carricillo, junco o totora. Era usual la extracción y traslado en bloque de los minerales empleados en la elaboración de pigmentos. Se emplearon técnicas de cimentación adecuadas como zanjas y zapatas. Levantaron diferentes tipos de muros, como los estructurales, los de contención y los de fachada. El adobe fue conocido, pero de uso muy limitado. Los materiales vitrificados, encontrados en los fogones indican que éstos alcanzaron altas temperaturas, debido al empleo de ductos de ventilación.
Los rasgos que presenta Caral revelan una complejidad en el uso del espacio, en el diseño arquitectónico y en la labor constructiva. Tiene una extensión de 60 ha. con edificaciones distribuidas siguiendo un patrón determinado; presencia de, por lo menos, seis volúmenes piramidales mayores, además de otras construcciones monumentales menores de diferentes tamaños, todos ellos con su particular grupo de estructuras auxiliares. Hay conjuntos residenciales, igualmente, de variada dimensión, tecnología y material constructivo. Esta complejidad reflejaría, por un lado, los diferentes status de los habitantes de Caral, derivados de una organización social estratificada en clases, que tendría gran parecido a una ciudad-estado, con su élite gobernante y su población de soporte, dependiente de la productividad de un determinado territorio. Y, por otra parte, la organización política alcanzada por la sociedad del valle de Supe durante el Arcaico Tardío, propia de una formación estatal prístina, que, por primera vez, integraba cultural y políticamente a varias comunidades, aprovechándose del excedente productivo de ellas y de su mano de obra, a cambio de un conjunto de bienes y servicios. A través de los varios siglos de ocupación de Caral sus conductores desarrollaron un programa permanente de remodelación de las edificaciones. Esta innovación de las estructuras implicaba experimentación y conocimiento en ciencias exactas y predictivas, como aritmética, geometría y astronomía. Ello reflejaba, sin duda, un mayor desarrollo social y cultural. Pirámides, estructuras con plataformas, plazas circulares y el anfiteatro fueron resaltados en sus diseños por la presencia de monolitos, frisos, nichos y pinturas de varios colores. El uso del espacio y la dirección del tránsito fueron formalmente controlados por pasadizos, vanos, mochetas, escaleras, etc. Para la sociedad de Supe, Caral, habría sido una ciudad sagrada, con rol protagónico en la vida y en las actividades económicas, políticas y religiosas de las comunidades de ese valle y de su área de influencia: la costa y la sierra y selva colindantes del área norcentral del Perú.
Desarrollo Tecnológico: La Cestería, El Cultivo de Algodón y la Textileria
La cestería es la actividad manual de fabricar utensilios con fibras vegetales, tales como la totora, el junco, carrizos y maguey. Entre los productos elaborados tenemos cestas o canastas, tapetes, esteras, petates, sogas y bolsas conocidas como shicra. Las shicras, de junco, totora, nacahuito y carricillo, contenían cantos rodados y piedras angulosas de diversos tamaños, utilizadas como material constructivo para rellenar recintos y plataformas. La actividad textil en Caral se caracterizó por el empleo del algodón para fabricar tejidos y como material de comercialización. El algodón presenta diversas tonalidades, que van del blanco hasta un marrón claro. Entre las técnicas de manufactura usadas, destacan el anudado y el entrelazado (encordado) en varias modalidades. Utilizaron agujas de hueso, husos, entre otros instrumentos. Plasmaron motivos geométricos. Recursos Animales
Los antiguos pobladores de Caral consumieron ingentes cantidades de pescados y mariscos: anchovetas, sardinas, machas y choros. La naturaleza específica de esta clase de recurso indica selección de productos por parte de los distribuidores o consumidores. Este hecho, al que se suma la ausencia de redes o instrumentos de pesca en Caral, sugiere la adquisición de tales productos por medio del intercambio con poblaciones del litoral, como sus coetáneos de Bandurria (Huaura) o Áspero (Supe), donde se han encontrado anzuelos y redes de 8 x 4 m. La presencia de choros, propios de playas rocosas, y de machas, de medios arenosos, estaría indicando las diferentes clases de playas de las que provenían estos productos. Se han hallado también restos que evidencian el consumo de lobos marinos, aves costeras y camélidos.
En Caral abundan las semillas de algodón, esto se debe al especial énfasis que los habitantes del valle pusieron en su cultivo para la confección de redes de pesca y por los habitantes de otras regiones para la manufactura de ropa. En el valle también se cultivaron calabazas, zapallos y mates usados para el servicio, almacenamiento y flotadores de las redes de pesca. Otras plantas destinadas para la alimentación fueron: camote, frijol, guayaba, pacay, achira, lúcuma, etc.Los pobladores del valle medio de Supe no necesitaron de una tecnología hidráulica sofisticada ni una extensa organización para hacer posible la habilitación de tierras para el cultivo, como surgió en el Medio Oriente. Por el contrario, en las condiciones del valle, inundado por la ubicación superficial de la capa freática, las tierras habrían sido convertidas en terrenos de cultivo por sectores mediante la excavación de surcos de desecamiento o sangrías. Asimismo, pequeños canales servirían para irrigar, con esa misma agua, las áreas marginales. Estos terrenos de cultivo, sectorizados en relación con los afloramientos de agua o puquios, estuvieron bajo el manejo y control de cada uno de los principales centros urbanos de aquella época. Entre los productos vegetales alimenticios encontramos: Maíz, Zapallo, Calabaza, Frijol, Pallar del gentil, Pacae, Camote, Guayaba, Achira, Lúcuma, Ají y Palillo. Para las construcciones se usaron: Molle, Guarango, Caña brava, Calaverita, Sauce, Carrizo, Carricillo, Pájaro bobo y Grama. De uso ritual fueron: Achiote, Cola de Caballo y Huayruro. De uso industrial: Algodón, Junco, Totora, Tutumo, Mate, Lloque, Huarumo o macahuito. Para combustible se uso el Cardo de Lomas o achupalla.
Los especímenes de peces identificados en Caral son: Pejerrey, Lorna, Jurel, Bagre, Anchoveta, Corvina, Tollo, Róbalo y el Bonito. Entre los moluscos hallados están: Macha. El Choro zapato o choro azul, Chanque o pata de burro, gasterópodo marino, Almeja, bivalvo marino, Almeja, bivalvo marino, "machas", Almeja o almeja rayada. Palabritas. Choro común, bivalvo marino, Chorito, bivalvo pequeño, Pique, Lapa. Caracol gris, Chorito, Caracol turbante.
La Música en la Ideología de los Antiguos Pobladores de Caral
La música es tan antigua como el hombre mismo. A través de la historia todos los grupos humanos han desarrollado diversos lenguajes e instrumentos musicales con los que han exteriorizado conocimientos, emociones y sentimientos. El Perú, país de milenaria tradición, presenta uno de los patrimonios musicales más importantes de América. Desde épocas remotas las sociedades asentadas en el espacio andino fueron desarrollando complejas formas musicales y coreográficas en las que plasmaron su particular modo de ver el mundo. Y, aunque no se pueda conocer cómo era la música utilizada en otros tiempos; los instrumentos que se emplearon aún se conservan, a la espera que el enigma de su sonido sea descifrado. Dentro de este contexto, el hallazgo del conjunto de las 32 flautas encontradas en la Ciudad Sagrada de Caral nos coloca ante antiguos y avanzados conocimientos acústicos y complejas formas de expresión artística. El conjunto compuesto de 32 flautas fue encontrado en la esquina suroeste del anfiteatro. Apareció enterrado con arena, en un espacio delimitado por piedras y una especie de figura humana sin rostro, modelada por el mismo barro, que se deshacía al contacto. Las flautas son traversas, manufacturadas en huesos de alas de pelícanos, húmeros, ulnas, radios, decorados con figuras incisas y pintadas de rojo o negro. Entre los diseños destaca por su realismo y número de representaciones la figura de un mono, aves sobrenaturales que combinan rasgos de aves y otro ser, un felino o mono. Se hallan también figuras de serpientes con rostros de aves o una cabeza bicéfala de ave y serpiente y dos figuras antropomorfas. Algunas flautas tienen rasgos distintivos por pares: dos llevan pintura roja, dos tienen diseños triangulares en el cuerpo, etc. Llama la atención la representación de una cara humana de perfil metida en una especie de malla, que solo alcanza a verse completa cuando forman el par. Finalmente, se encuentra el grupo de flautas pequeñas y llanas.
En Caral se han recuperado numerosos instrumentos de piedra, hueso y madera. Estos artefactos fueron destinados a las faenas de cultivo, caza, recolecta y construcción y mantenimiento de las estructuras arquitectónicas. Destacan pulidores, moledores, batanes, puntas de proyectil, lascas con huellas de uso, hachas, etc. Las "puntas de proyectil" también han sido registradas en los sitios de: Asia, Chira-Villa, Río Seco de León, Culebras, Los Gavilanes y Áspero. En Caral se han reportado instrumentos de piedra o guijarros que se caracterizan por presentar una ranura transversal en la parte media. Se sugiere la posibilidad de que ellas hayan sido usadas como boleadoras. Piedras con ranuras y huellas de uso en los extremos sirvieron como hachas o hachuelas. Entre los objetos hallados hay: Puntas de Proyectil de Piedra; Pulidores de Piedra: Probablemente sirvieron para hacer el acabado de los muros y pisos; Hachas de Piedra; Piedras Horadas: Instrumento agrícola, sirvió para romper terrones; Batán con su Moledor: Sirvió para moler pigmentos. Anexo a él aparece un guijarro de óxido de fierro, materia prima para obtener los pigmentos rojizos; Pesas de Piedra y/o Boleadoras: Su uso y función es desconocida . Pudieron ser empleados como pesas, soportes de redes o boleadoras para la caza de animales; Chancador de Piedra: Se empleó para moler o desmenuzar productos varios ; Porra Estrellada: Instrumento de probable asociación con la estructura circular de una tumba, encontrado en el exterior de ésta.
El geoglifo se encuentra asociado al establecimiento denominado Chupacigarro. Puede apreciarse la cabeza del estilo Sechín sobre una duna estabilizada, detrás del establecimiento. Sus dimensiones son de 40 m de largo por 24 m de ancho. La figura consiste en una cabeza de perfil, orientada hacia el Este, con el ojo cerrado y la boca simple. El cabello, batido por el aire, o la sangre, que fluiría de la cabeza, dan movimiento y dinamismo a la representación. Fue construida sobre la pendiente de una duna que muestra una inclinación de Este a oeste y de sur a norte. Tiene la parte más elevada hacia el sur y Este. Esta morfología le confiere una característica singular al geoglifo, pues sólo puede ser visto en toda su magnitud y detalle desde las colinas rocosas del noroeste. En cambio, como se puede notar en el levantamiento topográfico de la figura, ésta resulta distorsionada cuando se trata de apreciarla desde otras direcciones. El material constructivo empleado consiste en piedras angulares, de tamaño mediano y grande, colocadas directamente sobre la superficie de la duna, sin argamasa.
Nota
La Ciudad Sagrada de Caral Orígenes de la Civilización Andina
por Arturo León, Perú*
El Maestre de la Ferrière menciona civilizaciones de paz que debieron existir hace más de cien mil años. Hace mucho más de un millón de años que hay hombres igual o más inteligentes que los actuales. Algunos estudiosos dan cifras de hasta diez millones.
El Templo del Anfiteatro
Está compuesto por la plaza circular hundida más grande de la ciudad, una pirámide de regular tamaño con plataformas superpuestas, un pequeño templo circular y una vivienda de élite. Es el complejo piramidal más destacado del sector bajo de la ciudad de Caral. La plaza circular hundida se asemeja a un anfiteatro con graderías en la mitad superior y dos escalinatas de acceso. Las paredes internas de la plaza y el piso tuvieron revoque y pintura blanca. Hacia el exterior muestra dos plataformas superpuestas en forma concéntrica. La plaza está presidida por una plataforma alargada. En los lados Este y oeste aparece una serie de recintos alineados en forma intercalada, a modo de nichos. Las actuales excavaciones nos revelan que la plaza circular se agregó, en una fase media, a la estructura piramidal ya existente. Posteriormente, en una remodelación que cambió el diseño original del frontis de la estructura, se construyó una plataforma rectangular de 6 m de ancho por más de 30 m de largo y una altura de 2 m sobre la superficie exterior. Esta plataforma fue cubierta con otra mayor y más elaborada, de 26 m de ancho y 3,2 m de altura, que presentaba grandes nichos dispuestos en forma paralela en sus caras laterales. En el edificio piramidal se diferencian tres grandes recintos: el atrio, el recinto central y el recinto sur.
El Altar del Fuego Sagrado se encuentra dentro del perímetro del Templo del Anfiteatro. Fue una unidad separada del resto de la ciudad e integrada a este conjunto. Al mismo tiempo, llegó a tener su propia privacidad, demarcada por un muro, que la circundó a partir de la segunda fase. Se hace evidente, por las condiciones de su ubicación, características, tamaño y control del acceso, que esta estructura tuvo un carácter especial, de uso muy restringido. El altar habría tenido funciones estrictamente rituales especiales. Visto como conjunto, se aprecia una unidad arquitectónica de forma trapezoidal, en la que se diferencian seis componentes: un muro circundante, un recinto circular, un ambiente accesorio con plataforma central, un patio, un acceso principal e indirecto y un silo. El Altar Circular tuvo paredes de piedra unidas con argamasa, enlucidas y pintadas, con un techo confeccionado con cañas amarradas con soguillas. El fogón, construido en el centro del Altar Circular es de forma oval, de doble nivel, cada uno demarcado por lajas de piedra en forma de corona, que posteriormente fue enlucida. El primer nivel está relacionado con el primer piso de la plataforma; el segundo con la elevación de la plataforma. Cerca del piso del fogón salen dos ductos de ventilación, que atraviesan toda la parte central del recinto circular por debajo de la plataforma interna. Su función habría sido diferente pues el ducto norte contuvo una gran cantidad de ceniza blanca; el ducto sur, en cambio, tenía restos de carbón, material orgánico, fragmentos de artefactos, huesos y semillas. El ducto norte fue mantenido a través del tiempo, mientras que el ducto sur fue sellado y quedó fuera de uso a partir de las nuevas remodelaciones. Al fogón sólo tendría acceso la persona encargada de incinerar los alimentos y otros materiales, ofrendándolos a los dioses.
El Pequeño Templo de la Banqueta
Esta estructura arquitectónica, de menor tamaño, se encuentra ubicada a unos 150 m al oeste del Templo del Anfiteatro. Presenta un recinto central entre un patio anterior y otro posterior. En el recinto central, a su vez, se pueden diferenciar dos espacios: el atrio y un recinto menor al sur del anterior. El recinto central muestra diferentes fases de remodelación a las que fue sometida la construcción, las que se confirman con los análisis de la tecnología empleada, las varias capas de pintura y la estratigrafía. Hemos determinado la superposición de, por lo menos, 14 fases constructivas. Las construcciones de períodos sucesivos muestran diferencias leves en cuanto a las orientaciones de las paredes. Es posible que la alineación haya variado en relación con determinadas mediciones astronómicas, efectuadas periódicamente. En las sucesivas remodelaciones se cambió, igualmente, el color de las paredes, que conservan capas superpuestas de pigmentos: blanco-crema, amarillo mostaza y rojo.
El Templo Mayor es el complejo arquitectónico de mayor extensión y volumen de la mitad alta de Caral. Está compuesta por una plaza circular hundida, que lo preside y una imponente estructura piramidal escalonada, formada por una serie de plataformas centrales superpuestas hasta alcanzar los 20 m de altura y otras laterales, que fueron sucesivamente adicionadas. La comunicación entre todos estos componentes arquitectónicos se hacía a través de escaleras centrales y laterales. Por su ubicación y por la asociación con la plaza debió ser la estructura principal de esa mitad, entre las seis pirámides más imponentes que se edificaron en la ciudad. La plaza hundida tiene forma circular y se extiende hacia el norte mediante una plataforma trapezoidal, con la cual se vincula a la pirámide. Su espacio interno presenta un diámetro de 21 m de sur a norte y 22 m de Este a oeste. El diámetro externo es de 36,5 m de Este a oeste. El espacio entre el muro externo y el muro interno fluctúa entre los 7 y 7,3 m. Estas dimensiones convertían a la plaza en una gran plataforma circular elevada hasta el mismo nivel del piso donde se asienta la escalera central de la pirámide. Se ha estimado que la altura de los muros internos llegó a 3 m, mientras que en los muros externos alcanzó entre 1 y 1,6 m. Las paredes, construidas de piedras cortadas, fueron enlucidas y pintadas. Al pie de las dos escaleras internas de la plaza se encontraron monolitos caídos, cuyas dimensiones sobrepasan los 2,5 m de alto por 0,6 de cara lateral. Desde la plaza circular se accede a la cima de la pirámide por una escalera central de 9 m de ancho, que permitía un desplazamiento de 30 m. y alcanzar una altura de 18 m. En la parte frontal del edificio principal se situaban monumentales plataformas. La cima de la pirámide mide 65 m de largo por 35 m de ancho y es donde se ubica una serie de recintos, aún sin excavar, precedidos por uno central y principal correspondiente al atrio.
El sector A corresponde a un tipo de arquitectura residencial, ubicado en la explanada de la parte alta de la ciudad de Caral, en cuyo entorno se erigieron las enormes estructuras piramidales. Ocupa un área rectangular, en cuyo interior se disponen de manera ordenada diversos conjuntos habitacionales (módulos), cuyas paredes fueron elaboradas con tramados reticulares de carrizo y postes de guarango, unidos con una argamasa gris cubierta por un revoque de arcilla amarillenta decorada con capas de pintura de colores claros (blanco, gris claro, beige, rojo, amarillo claro, etc.).Los conjuntos habitacionales fueron diseñados para funcionar independientemente, pero, en el transcurso del tiempo y debido a continuas remodelaciones, varios de ellos se fusionaron. La ubicación, las características formales y los hallazgos reportados durante las excavaciones realizadas permiten inferir que los recintos habitacionales habrían sido ocupados por unidades familiares básicas, vinculadas directamente a la clase dirigencial. El estudio de las fases constructivas indican sucesivas remodelaciones, clausura de recintos y, posteriormente, el enterramiento de las estructuras, conjuntamente con la disposición de ofrendas al momento de producirse el abandono.
Chupacigarro: Centro Urbano Vecino a Caral
Este centro urbano se ubica en una pequeña quebrada, a 1 km al oeste de la Ciudad Sagrada de Caral y es contemporáneo con ella. Se compone de una docena de estructuras, de diversa forma y tamaño, de las cuales destaca una estructura mayor, asociada a una plaza circular hundida, muy semejante a la pirámide mayor de Caral. El Templo Mayor de Chupacigarro está conformado por una plaza circular hundida y una estructura con plataformas escalonadas sobre la que se extienden tres grandes recintos centrales y una serie de recintos anexos de menores dimensiones. Todo lo cual confería un alto grado de complejidad al conjunto. En los recintos principales destaca la presencia de plataformas alrededor de un espacio central, donde se ubicaba un fogón ceremonial. Cada uno de estos recintos estaba separado del otro por una especie de antesala. Los recintos menores se anexaban al conjunto por medio de estrechos pasadizos y escaleras. En éstos se han encontrado evidencias de actividades seculares, que sugiere su función residencial, aunque algunos de ellos sirvieron de recintos para alguna ceremonia menor. Al igual que todas las estructuras, este edificio tuvo sucesivas remodelaciones, llevadas a cabo bajo actividades planificadas.
*Con el gentil apoyo de la Universidad Mayor de San Marcos del Perú.
Fuente: http://www.elcolibri.de/colibri18.htm WEB DE REFERENCIA: Proyecto Especial Arqueológico Caral Supe, Perú Ver también: Universidad Nacional Mayor de San Marcos Proyecto de Preservación y Revitalización del Patrimonio Inmaterial: Las Flautas de Caral http://museoarqueologiasanmarcos.perucultural.org.pe/instm.htm Minnesota University |